Se llama orgánicos
a los productos que proceden de cultivos o crianza de
animales donde no se han utilizado agroquímicos
(pesticidas o fertilizantes sintéticos), hormonas
STB, anabólicos ni antibióticos. En la producción
orgánica no se aceptan variedades transgénicas.
Al procesar los alimentos, no se usan aditivos o conservadores
artificiales. En cambio, se han optimizado las relaciones
entre las fuerzas vivas de la naturaleza: el suelo (fertilizado
con métodos naturales), el aire, el agua y el sol
y las distintas poblaciones de seres vivos en el agro-ecosistema.
Generalmente, se promueve el uso y rescate de variedades
criollas. Los alimentos se elaboran utilizando ingredientes
naturales y con métodos que no alteran su calidad
nutricional. El término “orgánico”
procede del inglés (organic) y fue acuñado
por un agricultor británico en los 1950s. En Europa,
a los productos orgánicos se les llama también
“biológicos”, “bio” o “ecológicos”.